En ti hay tres TUS
El primero, es la personalidad.
Ese es el primer tú, el tú falso, que también puede llamarse el EGO.
Tiene un carácter social.
La palabra «personalidad» es muy hermosa, y procede de la tragedia griega.
En la tragedia griega había una máscara.
Tú tienes muchas, una sobre otra, como las capas de una cebolla.
Puedes cambiar de cara muchas veces en cuestión de segundos.
Hay que estar muy alerta para darse cuenta de las múltiples caras que tenemos: innumerables, incontables.
La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino abandonándola.
Tienes que abandonar por completo este primer tú.
El segundo tú, el tú reprimido, instintivo, inconsciente.
Se trata de todo lo que la sociedad no ha permitido, de todo lo que la sociedad ha metido a la fuerza en tu ser y allí lo tiene encerrado.
Solo aparece en tus sueños, en metáforas, cuando no tienes control sobre ti mismo.
Es el tú natural.
Este segundo «tú» es mucho más valioso que el primero, y precisamente por eso me opongo a todas las religiones, a todos los sacerdotes, porque se aferran al primero, al más superficial.
En ti existe un tercer «tú», el tú auténtico, la cara verdadera, que sobrepasa los «túes» primero y segundo. Lo trascendental, la «budidad», la conciencia pura, sin fisuras, sin divisiones.
El tercero es divino.
A menos que eches raíces en la «budidad», no florecerás, no cantarás, no sabrás en qué consiste una fiesta.
Tu árbol se ha secado, ha desaparecido la savia.
Tendrás que volver a encontrar raíces.
¿Y dónde encontrar esas raíces?
Hay que encontrarlas Aquí y Ahora.
OSHO
El primero, es la personalidad.
Ese es el primer tú, el tú falso, que también puede llamarse el EGO.
Tiene un carácter social.
La palabra «personalidad» es muy hermosa, y procede de la tragedia griega.
En la tragedia griega había una máscara.
Tú tienes muchas, una sobre otra, como las capas de una cebolla.
Puedes cambiar de cara muchas veces en cuestión de segundos.
Hay que estar muy alerta para darse cuenta de las múltiples caras que tenemos: innumerables, incontables.
La transformación no se produce mejorando la personalidad, sino abandonándola.
Tienes que abandonar por completo este primer tú.
El segundo tú, el tú reprimido, instintivo, inconsciente.
Se trata de todo lo que la sociedad no ha permitido, de todo lo que la sociedad ha metido a la fuerza en tu ser y allí lo tiene encerrado.
Solo aparece en tus sueños, en metáforas, cuando no tienes control sobre ti mismo.
Es el tú natural.
Este segundo «tú» es mucho más valioso que el primero, y precisamente por eso me opongo a todas las religiones, a todos los sacerdotes, porque se aferran al primero, al más superficial.
En ti existe un tercer «tú», el tú auténtico, la cara verdadera, que sobrepasa los «túes» primero y segundo. Lo trascendental, la «budidad», la conciencia pura, sin fisuras, sin divisiones.
El tercero es divino.
A menos que eches raíces en la «budidad», no florecerás, no cantarás, no sabrás en qué consiste una fiesta.
Tu árbol se ha secado, ha desaparecido la savia.
Tendrás que volver a encontrar raíces.
¿Y dónde encontrar esas raíces?
Hay que encontrarlas Aquí y Ahora.
OSHO
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