lunes, 28 de octubre de 2013

CUANDO NO HAY EGO.. NO HAY AGRADO O DESAGRADO









¿Por qué a ti te agradan ciertas cosas y te desagradan otras?


¿Cómo ocurre eso de que a ti te agraden unas cosas y te desagraden otras?

 
¿Cómo ocurre esta división?

 
¿Has penetrado alguna vez en el mecanismo del agrado y el desagrado?

 
Merece la pena tratar de profundizar en ello.

 
Dices:
 «A mí me gusta esta persona, y esta otra no».

 
¿Por qué?

 
Y de repente un día esta no te gusta y te ha empezado a gustar la otra.

 
¿Por qué?

 
¿Cuál es el mecanismo?

 
¿Por qué te gusta una persona?

 
Te gusta una persona si te permite fortalecer tu ego;
si se convierte en una pantalla y te ayuda a soñar.

 
Te gusta una persona si se ajusta a tu sueño.

 
Pero si, por el contrario, una persona no se ajusta a tu sueño, si no te permite soñar, te desagrada, te molesta.

 
No encaja, no te hace de pantalla.

 
No es pasiva, es activa;
por eso te desagrada.

 
Quieres que sea una pantalla pasiva, para que coopere con lo que sueñes, sea lo que sea.

 
Un verdadero Maestro siempre parecerá un enemigo:
este es el criterio para saber si es verdadero o no.

 
Un Maestro falso te ayudará siempre a soñar;
nunca perturbará tus sueños.

 
Sino que, por el contrario, te consolará, te dará tranquilizantes.

 
Te consolará, te aliviará.

 
Sus enseñanzas serán como una hermosa canción de cuna.

 
Te cantará para que puedas dormir bien, eso es todo.

 
Pero un verdadero Maestro es peligroso.

 
Acercarse a él es un peligro.


Te acercas bajo tu propio riesgo, porque no te puede permitir soñar, no te puede ayudar a soñar, ¡porque entonces se pierde todo el propósito!

 
Él destruirá.

 
Y los sueños están muy cerca del corazón.

 
Crees que tus sueños son tu corazón, y cuando destruyen los sueños, sientes que te están destruyendo a ti.

 
Es como si alguien te estuviera matando.

 
Los hindúes se han dado cuenta de esto, por eso dicen que un verdadero Maestro es como la muerte.

 
Cuando te acercas a un Maestro vas hacia la muerte.

 
Tendrás que morir porque, a no ser que mueras, no podrás renacer.

 
Cuando se rompen los sueños, la verdad llega a la existencia, la verdad se manifiesta.

 
El agrado y el desagrado se deben al ego, y el ego sufre inmensamente.

 
Cuando no hay ego no hay cuestión de agrado o desagrado.
 
 
OSHO